SOBRE EL VERBO TENER ARRECHERA

by - mayo 20, 2019




Este 20 de mayo estuvo en las instalaciones del hotel La montaña de Omar, un equipo especializado del programa sabatino “Verbolatría”. Allí se realizó una entrevista a múltiples personas que hablaron frente a las cámaras sobre ese singular instante de locura que representa la ira, lo que en Venezuela se llama “tener arrechera”. A continuación presentamos algunos testimonios.


HULK

(Actor de Marvel -39 años)

¿Saben por qué soy el mejor súper héroe de todos? Porque mi poder no viene de Krypton, ni de las amazonas, ni de la Atlántida. Mi poder es interior, es humano: Yo sufro de arrechera. La arrechera es mi poder. Sin rabia soy un tipo normal, un tipo inseguro con asperger, pero cuando me pongo verde, cuando me pongo verde soy un maldito Dios verde de 100 toneladas. Puro poder, baby. Soy el mejor súper héroe porque mi poder no es controlado por kriptonita, balas de plomo, tonterías de esas. Vamos, yo controlo la ira con un psiquiatra, como todos los seres humanos del mundo. No soporto estar bajo tensión, el estrés emocional, no soporto que me acechen, como todos los seres humanos del mundo. Soy el mejor en la arrechera, ¿ves? Algo así como El Dr. Yekyll y Mr. Hyde (Risas). Betty, mi mujer, también me controla la arrechera, como le pasa a todos los hombres de este mundo. No sé qué tienen estas nenas pero si te hablan con dulzura estás jodido. Bueno, también hago meditación vipasana, sobre todo en las malparidas colas. Leo a Trungpa, a Anthony de Mello, a Gandhi, colecciono revistas de budismo y sigo en el twitter a Gaisaku Ikeda.


MOYO
(Abogada-30 años)

Jódete, mastica un cable eléctrico, un billete de 500 con sarpullido, vete a la mierda, tú y todos tus familiares-pollitos cósmicos, vete a la mierda tú con todos tus tús (Liga de la Justicia), vete a la mierda con todas tus medallas de bronce por tus huevos revueltos, con tu libro de Osho para bostezar en un tren, llévate tus llaves tus llaveros el destapador de cervezas, también lárgate con tu patito de hule para la tina, con tu bóxer del hombre araña, con tu poster de Marilyn Monroe, desaparece de google map, llévate tu lapicero firma suicidios, tu corbata de lazo, tu smoking para fumar, tu maldito cartelito de “no pise mi grama, mi alfombra, mi sillón favorito”, cruza la esquina de mis exconvictos, saca a pasear al perro y no vuelvas, anda a que te adopte un canguro del Kilimanjaro, perdón en el Kilimanjaro no hay canguros y yo qué sé, vete en la tercera clase de un avión, de un barco, de un pájaro de mal agüero, asume que me he muerto por la pinchada de un cangrejo de poesía de Shakespare de limón en la sangre, llévate tu snorker para pocetas, tu astrolabio, la brújula de Narnia.com, el platillo volador para servir panquecas, lárgate con tu pene delicioso tus ojos bonitos tu voz de trueno con azúcar la tabla de surf para llorar, mentira no te vayas, ¿qué haces?, ¿por qué guardas el patito de hule? Dame huevo revuelto, pronuncia la palabra amor, deja tu cepillo de dientes, cásate conmigo, te lavo el bóxer del hombre araña, qué bueno qué útil Osho, quédate a dormir esta noche, bailemos descalzos, amor, déjame poner mis pies sobre tus pies, bailemos una canción de Bruce Springsteen, no me dejes nunca, soy muy tonta, solo fue un arrebato nomás.

FLORA
-Activista política. 50 años-

            ¿Qué quieres que te diga? Conozco todo de la rabia. No soy otra cosa sino lo que recojo del suelo después de lo que mi ira destruye. Nadie como yo se ha hecho a sí misma tan bella a partir de la rabia. Como Polonia, como Hiroshima, reconstruidas en la noche mientras otros dormían, reconstruidas en el día mientras otros daban maíz a las palomas en las plazas del mundo. Mi rabia es antigua, pregúntenle a mi madre. Todavía se ven las cicatrices de mis dientes en sus pezones. Ella temió mi ira porque era mayor que la suya. Apenas crecí puse granadas en cada rincón de la casa. Derribé los dioses de sus antepasados, denuncié mentiras, destapé verdades, ataqué visceralmente todo lo que mi estirpe entendía por éxito, felicidad, amor, seguridad, paz. Había nacido para la guerra, y de la guerra, he fabricado el imperio conmovido de mi dulzura. Alguna persona obrera de la rabia entenderá lo que digo. ¿Acaso no hay ternura en quien, arrodillado, junta y pega los pedazos de la vasija que lanzó contra el piso y luego pone flores en ella? Si mi madre hablara de mí, diría que renazco de todas las cosas chamuscadas: soy aquella mujer que encendió por primera vez la luz de una casa después de que reconstruyeran Nagasaki.

ROXANA
-Pediatra. 24 años-

      ¿Por qué será que a uno le crece la boca cuando tienes arrechera? La boca, las cejas y la nariz hacen todo un performance, ¿sabes? Uno tiene cara de puerta. Cuando mi marido está muy bravo, lo primero que hago es mirarle la boca. ¡Me pega un susto! Me asusta ver en la boca toda la rabia que siente. Pone cara de puerta, y lo peor es que yo misma he botado la llave, o él se la tragó. Y no sé, no sé porque en lugar de detener su rabieta me la contagia, entonces es peor, porque hago todo lo posible por hacerlo estallar. Quisiera abrazarlo pero no puedo, somos dos puertas cerradas en la casa y es horrible.

TILO
-Músico. 40 años-

            Pues nada, cuando me arrecho me voy y listo. ¡Adiós, babosos!, y ya. Y cuando la gente se arrecha, que se vayan a beber el agua donde se comieron el pescado. Una cosa es cierta: la rabia produce un sonido muy particular. Te explico: si maxterizas los portazos, el choque de tenedores, platos que se estrellan, gritos, cuchillos que entran en riñones, disparos, escucharemos algo parecido a la fusión de rock y jazz (realiza una pequeña demostración ante la cámara).

JUAN
-Actor de teatro. 41 años-

            Amor, aunque te ame, aunque susurre palabras tiernas en tu oreja, aunque sea bueno, aunque te despierte con un beso cada mañana, robe flores para ti, camine de la mano contigo por las calles, te cante, incluso aunque te cuide de la muerte, del sol, de las tristezas, estarás solo ante mi ira. Ciego y torpe, no te reconoceré. Eres tú, pero serás otro, el objetivo de mi vileza. Saldrás herido. Y llorarás. Y lloraré.

LUCAS
­-Editor. 47 años-

—Creo que lo peor de la ira no es la ira —dice Lucas ante la cámara—. Total, el mundo es un lugar bastante desagradable. Lo malo es el orgullo. El orgullo no es solamente rabia petrificada, es algo peor que eso.
—¿Qué cosa puede ser peor? —Pregunta el entrevistador.
—Quedar inmovilizado entre la necesidad de pedir perdón y la convicción de que somos nosotros quienes merecemos una disculpa. Entonces todo se vuelve raro, ¿sabes? El orgullo hace que le demos la espalda a todo. Alguien dentro de ti suplica restauración, amor, pero al mismo tiempo eres incapaz de reconciliarte.
            Lucas medita un instante, luego agrega:
            —De todas las formas de la crueldad, el orgullo es la más destructiva.
            —¿Por qué?
            —Castigamos. Es un castigo que puede no detenerse jamás. Se desarrolla con el tiempo y nos obliga a perdernos de la vida. Se vuelve contra nosotros. Y cuando abrimos los ojos, ya somos viejos y estúpidos.

MARUJA
­-Arquitecta. 63 años-

            Odio la gente que olvida todo fácilmente, ¿sabes? ¿Cómo lo hacen? Despiertan al día siguiente como si nada hubiera pasado, ¡y para colmo se ríen de cosas nuevas! Me irrita que Lila se ría de cualquier cosa mientras yo estoy tan enfadada. Es como darme a entender que le importa una mierda lo que siento. Nunca estamos en el mismo nivel emocional, por eso me casé con ella. Porque no puedo arrastrarla conmigo hacia la rabia. Ella es quien siempre está moviendo la cola feliz. En cambio a mí me toca el peor papel. Bueno, alguien tiene que tener dignidad en esta relación. Alguien tiene que plantar posiciones, definir límites. ¡Odio que siempre tengo que ser yo!

EDUARDO
­-Electricista. 37 años-

No me molesta que mi mujer se arreche, que grite, o que yo tenga que  dormir fuera de la cama. A la larga, prefiero dormir en el sofá que con ella toda tiesa ahí. Pero lo que no soporto es su maldito silencio. Ese silencio es pura mierda. Con esa reporquería de silencio te están diciendo: te retiro todas las bondades de mi amor. Y si de casualidad te mueres, no le importa. Y lo peor es que uno se quiere como morir. Las mujeres conocen a la perfección este mecanismo de tortura, yo diría que la han perfeccionado con el tiempo. No sé, cuando ella hace esto conmigo me siento totalmente desvalido. Me siento abandonado, chantajeado, pendejo, desgraciado, mala persona. A veces he llegado a pensar que soy vulnerable a todo tipo de mala suerte, porque su amor ya no me protege. Entonces tengo que hacer en un día más de lo que he hecho en un año para ganarme su cariño. Es como empezar de cero, con la desventaja de la desconfianza.

CHAVELA
-Ama de casa­. 29 años-

            No sé por qué cuando estoy arrecha con mi marido o mis hijos hago cosas sin demasiado sentido. Abro gavetas y meto cosas, o saco cosas de las gavetas. Abro puertas, entro y salgo. Abro la nevera, bebo agua cuando no tengo sed. Busco objetos que no necesito, leo sin querer leer, ordeno la ropa de los ganchos, y así sucesivamente. Todo lo hago con movimientos arbitrariamente violentos y con una velocidad que nunca tengo. Hago mucho ruido. Sé que los objetos no tienen la culpa, pero no sé comunicarme sino a través de esta violencia. Es como si nadie estuviera comandando todas mis acciones, o como si estuviera concentrada nada más en arder. Tampoco sé por qué me da por buscar las llaves cuando discuto. ¿Verdad que es raro que uno nunca encuentre las llaves cuando estás enfadada? Y si las encuentras, sabes que tendrás que salir de casa, aunque no quieras.
RAÚL
-Dadaísta. 70 años-

      Bah, mi boca está conectada con mi intestino grueso, punto. Digo las cosas que pienso y ya, como salgan. Admiro a la gente que estando muerta de la arrechera es capaz de responder inteligentemente. Estando arrecho yo no puedo ni explicar cómo se bate un desgraciado huevo, ¿me entiendes? Lo peor que puede pasarte es arrecharte con alguien inteligente, lo hacen quedar a uno como una bestia. Te miran con cara de inteligencia emocional y todas esas payasadas. Váyanse a la mierda todos ustedes, intelectuales emocionales de las mamadas. Bastardos, impostores.

SOL
-Cuentista. 41 años-

            Cuando uno anda arrecha siempre se te atraviesa un niño preguntando alguna vaina. Y uno no puede cambiar el tono de la voz. Uno no puede hacer alto al fuego, es antinatural. Si vienes diciendo “maldita sea esta mierda” es imposible, imposible que uno diga dulcemente: ¿qué quieres, mi amor? ¡No se puede! ¡Y los niños te miran!, ¡y debes tener una cara monstruosa porque te miran paralizados! En esos momentos uno debería usar un letrero que diga: no es contigo, niño, pero por favor no te atravieses. ¿Verdad?

MEDEA
-Arquetipo. 2500 años-

Si me he hecho mujer, ha sido por desarmar cada una de mis ofensas. Por revocar todos mis juramentos.
JOSÉ MIGUEL
(Poeta. 28 años)

            La arrechera es una forma de llegar a una alegría, o sea, ¿cómo explicarlo? Me dura poco, le veo cosas lindas a la arrechera. Hay belleza en la gente cuando está arrecha, muestra otra cara que no siempre es mala. Porque la rabia viene de un deseo. A mí me puede aumentar el amor una rabia. Es decir, al amor lo aumentan las emociones intensas, sean buenas o malas las emociones.

MAYAYO
(Campesino. 59 años)

            Pos, yo no sé, mirá. A mí me pasa algo muy raro aquí mismito. Lloro cuando entro en cólera. Raro, ¿verdad? Es que hay rabias combinadas con la tristeza que me hacen llorar, y después ya no distingo cuál es una y cuál es la otra.

SUSANA
(Profesora. 63 años)

El pecho donde te duermes no siempre es un lugar seguro. Es un plato roto, que cuando estoy rabiosa estalla en mil pedazos y vuelvo a armar. Mi boca tampoco es un lugar seguro, ni mis manos. Ni mi corazón. Parece una advertencia a quien me ame, y lo es. Pero si aun así decides quedarte, te serviré leche en mis vasos reconstruidos.



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4 Comments

  1. solo puedo decir "que molleja"...a lo maracucho reencauchado en Maturín, solo Sol haces esas cosas, ponerlo a uno masticar tantos verbos como chimó pues de ese masticar hay que escupirlo todo, aunque queda el colorcito de tabaco crudo y el ardor en la boca que esos verbos dejan para no olvidar que nada es inmune a tanto verbo chamuscado de una ves, en un santiamen, por eso gracias Sol por tanto verbo dicho así...con arrechera, como para ahorrarse el servicio de la inspiración que como la electricidad va y viene sin avisar.Espero con ansias ese otro verbo, con arrechera incluso, como para decir: me arrecho, luego existo...amen.

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    1. Jajajaja! Gracias, Ramdy! Un abrazo desde estos acáses y muy agradecida por tomarte el tiempo de leer estas vai-nadas

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  2. Cásate con un hombre que ame más a Dios que a Ti sera un hombre que conocera sus fallas y tratara de ser mejor persona ademas de respetar las leyes de Dios alguien con un corazon lleno de amor para compartir

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    1. Si llego a casarme, será con un hombre que ame la vida. Creo que eso lo resume todo

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